Tratamiento con Ventosas
La terapia con ventosas también se denomina con el término inglés cupping, que deriva de ‘cup’ que en inglés significa taza, y consiste en aplicar ventosas –normalmente elaboradas con cristal o plástico– sobre el cuerpo del paciente, y hacer con ellas un efecto de vacío mediante el que la ventosa se adhiere al cuerpo y succiona la piel y parte del músculo, abriendo los poros y estimulando la circulación sanguinea y linfática.
En la técnica del cupping se pueden aplicar las ventosas de varias formas y con distintos objetivos:
Masaje: una vez que se ha hecho el vacío y se ha colocado la ventosa sobre la piel del paciente, se desliza de un lado a otro produciendo un efecto masaje (para lo que previamente se habrá aplicado un aceite que facilite el deslizamiento de la ventosa), que estimula la circulación de la sangre y de la linfa y sirve para eliminar toxinas.
Ventosa fija: Se adhiere la ventosa en determinados puntos con el fin de tratar ciertas zonas del cuerpo.
Lo utilizamos con frecuencia en tratamiento de cicatrices para disminuir adherencias, despegando así la piel de las capas submucosas y musculares, y dejando la cicatriz con una buena movilidad para evitar restricciones articulares o musculares.